Se denomina Servicio a cualquier tipo de trabajo que se lleve a cabo amorosamente por el beneficio de todos, renunciando a cualquier interés personal. La Escuela es, realmente, una organización fundamentada en el principio del Servicio. La Escuela de Filosofía Práctica confía a los estudiantes la realización de todas las actividades, como el mantenimiento y limpieza del edificio, preparar y servir refrigerios, tutorar las clases y todos los asuntos administrativos, sin que nadie reciba remuneración alguna.

Desde que los estudiantes son introducidos a la práctica de la meditación, quedan invitados a participar en grupos de Servicio voluntario, que sostienen las necesidades físicas diarias de la Escuela. El Servicio satisface las necesidades prácticas del funcionamiento de la Escuela, pero los beneficios filosóficos de servir son incluso más valiosos para los estudiantes. El propósito del Servicio en la Escuela es practicar los principios que se han presentado en la clase. Bajo la guía de un estudiante con gran experiencia, las personas que aceptan servir aprenden a trabajar con la atención centrada en el momento presente, pueden experimentar la unidad con los demás estudiantes en la Escuela, y aprenden a trabajar por el bienestar de todos, libres de cualquier limitación o prejuicios sobre la tarea que están realizando.

Cuando se practican estos principios filosóficos con la actitud correcta, funcionan como puertas hacia la felicidad y la libertad, que están a nuestro alcance en la vida diaria. Esta capacidad de centrar la atención en el trabajo es esencial para el proceso de descubrimiento de uno mismo, de modo que el Servicio se convierte en una parte esencial del programa filosófico.